La inteligencia artificial (IA) está revolucionando la forma en la que vivimos y trabajamos. En términos generales, podemos referirnos a la IA como la simulación de la inteligencia humana por parte de las máquinas. Dicho de con otras palabras:

La inteligencia artificial es una disciplina que trata de crear sistemas capaces de aprender y razonar como las personas

Imagínate una máquina que organiza tu casa como más te gusta, o que compra automáticamente los productos que más sueles consumir en función de tu consumo pasado y de tus gustos (ejemplos: Travel Club, Tarjeta de tu supermercado, etc...), o que te sugiriese lo que ver en la televisión o en internet según tu historial (ejemplos: Netflix, Amazon Prime, Youtube, Spotify, etc...) o que sirve los refrescos preferidos de tus amigos durante una fiesta sin preguntarles. Es decir, un dispositivo que realiza las actividades que haces tú diariamente.

A través de la inteligencia artificial las máquinas pueden aprender, razonar y solucionar problemas

La inteligencia artificial funciona combinando grandes cantidades de datos con procesamiento rápido e iterativo, así como con algoritmos inteligentes, los que le permiten al software aprender automáticamente e identificar patrones. El objetivo que tiene la IA es crear sistemas que puedan funcionar de manera inteligente e independiente de los seres humanos. La IA tiene la capacidad de analizar, entender, procesar y reproducir la información previamente aprendida.

Actualmente la inteligencia artificial se clasifica en 4 tipos: puramente reactiva (no tienen la capacidad de formar recuerdos), de memoria limitada (almacenan y usan recuerdos para tomar decisiones), de teoría de la mente (pueden emular el proceso de aprendizaje que tienen las personas) y finalmente, autoconciencia (tienen conciencia de sí mismas). Sin embargo, esta último escalón en la jerarquía propuesta por la comunidad científica aún no ha sido desarrollado.

¿Cómo puede la inteligencia artificial proteger nuestro patrimonio natural?

La IA está diseñada para trabajar con humanos y facilitarles las tareas diarias. Para ello, debemos entrenar a nuestra red neuronal con datos relativos a los incendios forestales. DETIF ha desarrollado una red neuronal capaz de detectar humo incipiente procedente de la combustión incompleta de un combustible (hierba/hierbajos, hojas, ramas, etc… ) previa al incendio entrenada con una extensa base de datos de imágenes de conatos de incendios.

El aprendizaje de la red neuronal está basado en un entrenmieto, verificación y puesta a prueba con bases de datos de imágenes de incendios forestales independientes y no repetidas. Dicha base de datos cuenta con más de 20.000 imágenes con eventos de fuego en los que la actuación de los medios de extinción de incendios es necesaria y urgente.

El software de DETIF tiene una alta tasa de acierto gracias al proceso de entrenamiento y validación de base de datos proporcionadas a la red neuronal para la detección del 100% de los conatos reales. La detección de falsos conatos en las imágenes ofrecidas es también una característica de la inteligencia artificial, sin embargo, la mejora contínua del sistema de inteligencia artificial reiterará su capacidad de aprender iterativamente, aumentando así su tasa de acierto.

Nuetro objetivo es reducir al máximo el número de hectareas calcinadas por los incedios.

Nuestro trabajo es ofrecer un sistema automático de detección temprana de incendios forestales a las redes de vigilancia como complemento y refuerzo a su duro trabajo a un precio competitivo.