En muchas regiones del mundo, los incendios eran un fenómeno natural, a veces regular, al que se habían adaptado los bosques.

Pero los incendios acontecen con más frecuencia y con mayor intensidad. El peligro particular surge de la interacción del calentamiento global y los incendios forestales:

La combinación de olas de calor prolongadas, sequías y baja humedad junto con vegetación seca e inflamable conduce rápidamente a incendios muy intensos que son difíciles de extinguir.

Los incendios forestales son un problema social y, a diferencia de otros desastres, están íntimamente ligados a la actividad humana.

El fuego es un proceso natural pero prevenible para vivir, por lo que el desafío es aprender a mitigarlo mejor, minimizar los impactos socioeconómicos y mantenerlos tan pequeños y efectivos como sea posible.

Al reducir la cantidad de grandes incendios, reduciremos significativamente el área afectada por incendios forestales. Esta labor requiere de prevención, control y vigilancia durante todo el año, especialmente durante la época estival, cuando se suelen producir la gran mayoría de incendios.

La intervención de medios humanos y materiales para apagar un gran incendio forestal supone un gasto cercano a los 50.000 euros por hora

El gobierno estatal y local debe desarrollar una estrategia integral de manejo de incendios forestales que invierta en la prevención social y tenga como prioridad la gestión y vigilancia del territorio para restaurar nuestra red natural.

Nuetro objetivo es reducir al máximo el número de hectareas calcinadas por los incedios.

Nuestro trabajo es ofrecer un sistema automático de detección temprana de incendios forestales a las redes de vigilancia como complemento y refuerzo a su duro trabajo a un precio competitivo.